No es de extrañar que hoy en día casi todo el mundo cuente con un perfil en redes sociales o Internet. Compartir nuestras vidas y aficiones a través de esta plataforma se ha convertido en costumbre. Pero, ¿qué ocurre cuando una persona fallece y tiene cuentas en dichas plataformas?
Hoy en Funeraria Aragón, la funeraria de Zaragoza, te contamos qué sucede con este aspecto y cuáles son algunas soluciones para ello.
El legado digital
Como hemos mencionado antes, casi todos tenemos una presencia en el mundo online. Con el uso de estas plataformas surge el término denominado huella digital. Cuando hablamos de huella digital nos referimos tanto a ideas, pensamientos, imágenes, vídeos o sonidos que tienen una marca permanente para el recuerdo de una persona.
Esta vida generada en redes sociales u otros medios digitales es lo que se conoce como legado digital. Dicho legado debe gestionarse para que las familias puedan conservarlo o, por el contrario, para que se elimine de forma permanente en Internet. Este tipo de decisiones tan personales se deben saber gestionar en el momento del fallecimiento.
Cuando una persona fallece, surgen muchas dudas respecto a la memoria digital. Algunas de las cuestiones que más se plantean son qué hacer con los perfiles de redes sociales y la base de datos que se han dejado en ellas, si se dan de baja para respetar el derecho al olvido y proteger los datos del fallecido o se mantienen en la red o incluso qué ocurre con las cuentas de contenidos exclusivos como Netflix o plataformas similares. Es decir, surgen dudas respecto a lo que ocurre con el patrimonio digital que adquirió en vida la persona.
Todos aquellos datos que quedan grabados en Internet por el uso que le hemos dado en redes sociales, y queda registrada a nuestro nombre, se conoce como huella digital. Es una cuestión que suele preocupar hoy en día, ya que no se trata de bienes materiales. La preocupación más habitual es cómo gestionar el legado digital cuando una persona fallece.
Se debe decidir qué hacer con estos datos, porque en ningún caso se puede acceder a la cuenta de una o más redes sociales sin el consentimiento expreso de la persona. Debemos decidir cuál será el destino de nuestro patrimonio digital, ya que se tratan de bienes virtuales que se encuentran en la red.
¿Qué ocurre con nuestro patrimonio digital?
Hoy en día existen empresas encargadas de ayudarnos a crear un testamento digital o bien se encargan de borrar los distintos perfiles de nuestras redes sociales cuando ya no estamos. Además, también se pueden encargar tanto de la reputación online como de realizar digitalizaciones para su posterior recuerdo.
Dichas empresas realizan una búsqueda detallada en la red para poder encontrar toda la información que publicó y difundió la persona fallecida a través de sus distintas cuentas en Internet. Una vez que la encuentran, proceden a borrar toda la información personal y conservan aquella que sea relevante en el legado digital de la persona fallecida. De esta manera, cierran todas sus cuentas y comunican el fallecimiento a todos sus contactos.
Si tienes dudas sobre cómo realizar cualquier tipo de trámite burocrático tras el fallecimiento de un familiar, no dudes en contactar con nosotros.